Durante los últimos años, he sido partidario fiel de aquellos que profesan con la idea de que la industria del terror lleva muerta desde una buena parte del siglo actual. No digo que no haya películas buenas o que no me ha gustado ninguna película de estas dos últimas décadas, pero sí me refiero a que hoy en día el foco que se les da a estas obras es considerablemente limitado, cediendo este espacio al ya desgastado pero redituable genero slasher, el "metraje encontrado" (found footage) y a las posesiones demoníacas en su orden respectivo.

Sin embargo, se puede decir que han habido importantes rayos de luz en esta oscuridad, y en esta ocasión no hablo de los 3 directores más notorios del terror actual: Eggers que nos abre una ventana para dejarnos saber que todavía hay misticismo en el pasado y los relatos clásicos que aún pueden darnos miedo; Aster, quien por el contrario, prefiere mostrarnos en su arte el horror que puede existir en tiempos modernos y la vida común; o el incómodo Peele, quien no termina de convencer, aunque su popularidad y éxito entre las masas no pasa desapercibido.

    Hablo de Ghost stories. Esta fue una de esas películas que vi por casualidad y cediendo a mi gusto por las antologías de terror esperando lo mejor, pero sin ansias de sorprenderme. El filme británico del 2017 dirigido y protagonizado por Andy Nyman sigue a Phillip Goodman, un escéptico profesor quien es contactado por su ídolo de la infancia, Charles Cameron, interpretado por un camaleónico Martin Freeman, para que investigue y explique tres casos que él nunca pudo descifrar acerca de apariciones.

La película brilla en los aspectos técnicos, con una bien lograda fotografía e increíble banda sonora que en ocasiones nos hará olvidar que estamos viendo una película de terror, y en otras no nos permitirá omitirlo, además de un maquillaje admirable. Tristemente, su punto débil se encuentra en lo que a priori uno esperaría fuera una fortaleza: la historia. El ritmo de la película parece verse forzado cuando llegamos al final y aunque a mí me gustó y pareció muy ingenioso, puedo entender porqué para muchos resulta decepcionante. Y es que puedo coincidir completamente, en que su conclusión parece apresurada.

Con esto dicho, el potencial de esta película para asustar es enorme, algo que logra sin demasiados jump scares. Ghost stories es esa película que con un aura casi de documental, te dará un recorrido por todas esas historias de terror que te han contado las personas más comunes de tu vida y por supuesto dan suficiente espacio al escepticismo, pero también al beneficio de la duda.

    Si bien, en México fue uno más de esos filmes que pasaron desapercibidos, nos dan un poco de esperanza y enseñan que el cine de terror aún tiene mucho que regalarnos incluso en los tiempos de Blumhouse, quien parece erguirse como los nuevos New Line; o que aún veremos obras notables que no hayan salido de la fábrica de A24. En conclusión, y como uno de mis amigos una vez me dijo “las cosas están ahí para quien las quiere ver”. Es hora de que comencemos a buscar en otros lados.




Por: Miguel Lara @mikelara_oficial